Revolver. ¿Quieres morir de amor?

Mary solo iba para deslumbrar, esa noche era suya. Su dinero, sus joyas, su vestido, su hermosura, su fama era todo lo que llevaba encima. Nadie podia cuestionar su grandeza, nadie podia mantener su pulso constante luego de verla pasar, nadie podia acercarse, parecia tan intocable, tan delicada, tan unica, que la mano de cualquier hombre la destrosaria. Ella solo queria vengarse, no le importaba lo que dirian los diarios al dia siguiente, ninguna circunstancia podia destruir su fama, su camino. Esa noche subio la escalinata hundida en un mar de flashes, luces, gritos, glamour. La anfitriona habia llegado, la reina de la moda, la Venus de Botticelli se acercaba dejando atras las camaras, los autografos, la gente, su popularidad. Todos sabian de sus romances, de su intimidad mas profunda, de sus alegrias y tristezas. Ese dia ella penso que nada saldria mal. Aunque su imagen estuviese repleta de colores, de sonrisa, de exito, su corazon estaba quebrado, hundido y destrozado. Nadie pudo saber el porque. Ella solo actuo como debia, hizo lo correcto, lo justo. Sabia que toda causa tiene una consecuencia, y esa consecuencia se encontraba en su poder, solo podia estar segura de algo, esa noche era el fin de sus torturas, de su dolor, por fin su corazon, su mente, su cuerpo iban a resucitar, a blanquear tanta oscuridad. La prensa nunca tuvo ningun testigo ni ninguna prueba que la condene ni que la culpa. Nadie decia que era lo correcto, pero todos en su interior pedian a gritos que ella reaccione y se vengara. A mitad de la gala ella clavo sus ojos en el. Llenos de lagrimas observo a su acompañante. Por su cabeza pasaban miles de interrogantes, pero no podia ver mas alla de esa noche, habia preparado todo para que sea un exito. Nada tendria que fallar. Asombrada siguio su movimiento hacia las escaleras que llevaban al primer piso del historico Hollywood Roosevelt Hotel. Se levanto, tomo su pequeña cartera Gucci y una vez que disipo a los fotografos tomo el mismo camino hasta el piso de arriba. Alli estaba caminando por uno de los pasillos, tranquilo, sin disturbios en su cabeza, en tranquila ceremonia de su reciente exito, sin dolor, sin arrepentimiento. Su final estaba comenzando. Alli enfrente se acercaba ella, con su vestido de encaje negro, que mostraba su fatal figura, con una cola larga pero a la vez dominable que se arrastraba sobre la fina alfombra, con su impactante joya que colgada de su suave cuello. Sus famosos rulos rubios lucian algo desordenados, pero eso no importaba, era parte de su fama. De lejos eran visible sus labios rojos que creaban una armonia unica en su aspecto angelical. Nada habia de angelical en su interior, el dolor, la bronca, el odio, la venganza comenzaron a explotar dentro de su alma. Tomo su cartera, la abrio, observo en su interior un pequeño espejo, un lapiz labial y un revolver. Tomo el diminuto revolver, mientras que dejo caer su cartera al piso. Sus ojos derramaban todo su dolor, sus lagrimas eran sinonimo de venganza, pero a la vez simbolizaban la paz que sentiria. Nadie habia alrededor, nadie iba a escuchar absoulutamente nada. Todo era fiesta en la sala principal. En un momento nada paso por su cabeza, su mente estaba en blanco, cerro los ojos y apunto hacia su frente, estaba segura de que hacia lo correcto,de que por fin iba a poder vengarse y contrastar su sufrir. Disparo, y la bala entro en su frente alojandose en su cerebro, para asi destrozar los golpes electricos y dejarlo inconciente en la alfombra del pasillo arriba de un creciente charco de sangre. Corrio a su cuarto para desaparecer el revolver.

Al otro dia todo fue escandalo, los interrogantes revoloteaban sobre su nombre, pero ella estaba en paz,ahora nadie mas podia seguir hiriendo sus sentimientos.